Revisitar juegos que marcaron nuestra infancia o juventud siempre es un viaje cargado de emociones. A veces, al volver a encenderlos, nos damos cuenta de que el paso del tiempo no ha sido generoso: mecánicas toscas, gráficos que no han aguantado el paso de los años o historias que, vistas hoy, parecen simplonas. Pero otras veces ocurre lo contrario: encontramos que ese título no solo se mantiene en pie, sino que incluso brilla más cuando lo miramos desde la distancia. Eso es exactamente lo que sucede con GTA: Vice City, uno de los capítulos más memorables de la saga de Rockstar.
Vice City no fue un juego cualquiera. Llegó como una especie de “expansión” de lo que supuso GTA III, pero pronto se convirtió en algo mucho más grande: una obra que supo capturar la esencia de los años 80, mezclarla con la acción gamberra que siempre ha caracterizado a la saga y darle un envoltorio cargado de personalidad. El resultado fue un videojuego inolvidable, capaz de dejar huella en toda una generación de jugadores.
Una expansión que se convirtió en mito
Muchos lo consideran simplemente el siguiente paso natural tras el éxito arrollador de GTA III. Y sí, en esencia era eso: un juego con la misma base jugable, pero en una ciudad distinta. Sin embargo, lo que Vice City logró fue dar un salto de calidad en todos los aspectos.
La ambientación trasladaba al jugador a un universo inspirado en el Miami de los ochenta, con sus playas soleadas, su estética neón y esa mezcla entre lujo y decadencia que definía la ciudad. Era imposible no sentir que estábamos dentro de una película de acción o de un capítulo de Corrupción en Miami. Todo estaba cuidado hasta el mínimo detalle: desde los coches descapotables hasta la música que sonaba en las emisoras de radio.
En comparación con GTA III, Vice City ofrecía una experiencia mucho más rica en matices. Los personajes tenían más carisma, la historia estaba mejor contada y el simple hecho de recorrer las calles ya resultaba una experiencia en sí misma.
Tommy Vercetti: un protagonista para la historia
Uno de los grandes aciertos de Vice City fue su protagonista. En GTA III controlábamos a un personaje mudo, casi un avatar sin alma para el jugador. Pero con Tommy Vercetti, Rockstar cambió las reglas del juego.
Interpretado por Ray Liotta, Tommy tenía voz, carácter y una presencia arrolladora. No era un simple criminal genérico: era un tipo recién salido de prisión, dispuesto a construir su propio imperio en una ciudad plagada de oportunidades y traiciones.
La narrativa giraba en torno a ese ascenso al poder, claramente inspirado en películas como El Precio del Poder (Scarface) o Carlito’s Way. Vice City no reinventaba la rueda, pero sí lograba capturar la esencia de esas historias de mafia y trasladarlas con eficacia al medio interactivo.
La música: un viaje sonoro a los 80
Si hay algo que hace que Vice City se quede grabado en la memoria, eso es su banda sonora. Rockstar entendió que la música era clave para sumergir al jugador en esa década, y seleccionó un repertorio absolutamente brillante.
Conducir por Ocean Beach mientras sonaban canciones de Michael Jackson, Toto o Iron Maiden era algo mágico. Cada emisora tenía su propia personalidad, desde el pop ochentero hasta el heavy metal, pasando por la música latina que recordaba la herencia multicultural de Miami.
Hoy en día, muchos juegos presumen de tener playlists cuidadas, pero en 2002 Vice City fue un auténtico pionero en ese sentido. No solo te ofrecía una ambientación visual creíble, sino también sonora.
El legado de Vice City
Casi veinte años después, Vice City sigue siendo un referente. Su influencia se nota no solo en otros títulos de la saga GTA, sino también en videojuegos que han intentado capturar esa misma esencia retro. Incluso el revival ochentero que hemos visto en series como Stranger Things o en juegos como Hotline Miami conecta, de alguna manera, con lo que Vice City puso sobre la mesa.
El propio Rockstar ha sabido explotar ese legado: el juego ha recibido múltiples reediciones y remasterizaciones, y sigue siendo uno de los más queridos por la comunidad. Muchos soñaban con que un futuro GTA vuelva a Vice City, y GTA VI viene a confirmar que sí, que será real.
Jugar a Vice City hoy: ¿sigue siendo divertido?
La gran pregunta es: ¿qué pasa si alguien se enfrenta hoy por primera vez a Vice City? La respuesta, curiosamente, es que sigue funcionando sorprendentemente bien.
Obviamente, hay aspectos técnicos que han envejecido. El control puede resultar un poco tosco y los gráficos muestran el paso del tiempo. Pero la ambientación, la música y la historia hacen que esos defectos pasen a un segundo plano.
Además, revisitarlo desde la perspectiva actual permite apreciar detalles que en su momento podían pasar desapercibidos: los guiños cinematográficos, la sátira social y el humor negro que caracterizan a la saga.
Vice City y el fenómeno de los remakes
Vivimos en una era donde los remakes y remasters están a la orden del día. Vice City no ha sido ajeno a esta tendencia, y muchos jugadores han podido redescubrirlo en versiones adaptadas a nuevas consolas y PC.
Sin embargo, hay un debate abierto: ¿realmente hace falta un remake completo o la magia de Vice City radica precisamente en su estética original? La nostalgia es un arma poderosa, y quizá parte del encanto esté en volver a jugarlo tal cual lo conocimos.
Conclusión: un lugar al que siempre volver
Volver a Vice City es volver a un lugar feliz. Un espacio que mezcla recuerdos personales con una ambientación irrepetible. No todos los juegos consiguen eso, pero este lo logró con creces.
Más allá de sus defectos, Vice City es un título que trasciende el tiempo. Fue grande en su momento, sigue siendo relevante ahora y probablemente lo seguirá siendo en el futuro. Y eso es lo que convierte a un buen juego en un clásico eterno.
Vice City elevó la fórmula de GTA III con más carisma, mejor ambientación y una banda sonora inolvidable. Un juego redondo que sigue brillando pese al paso del tiempo.
A tope
- Ambientación ochentera inigualable, llena de neones, coches y estética Miami.
- Banda sonora legendaria que define al juego.
- Protagonista con carisma: Tommy Vercetti eleva la narrativa.
Meh
- Controles algo toscos para los estándares actuales.
- Gráficos envejecidos, aunque con encanto retro.
- Algunas misiones resultan repetitivas en el tramo medio.
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Historia
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Jugabilidad
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Progresión
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Gráficos
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Sonido