Cuando uno viene de atravesar varios juegos largos y exigentes, a veces apetece algo más ligero, fresco y sencillo. Un reseteo mental, un soplo de aire nuevo que prepare para la siguiente gran epopeya videojueguil. Y ahí es donde aparece Princess Peach Showtime! para Nintendo Switch. La eterna dama del Reino Champiñón, la Princesa Peach, tantas veces secuestrada por Bowser, vuelve a ser protagonista absoluta de un título propio, algo que no ocurría desde 2005 en la Nintendo DS.
En esta reseña quiero contarte cómo ha sido mi experiencia con este juego, qué ofrece y por qué, aunque no sea un título profundo ni desafiante, puede tener un hueco perfecto en tu estantería digital.
La Princesa Peach como protagonista
Una de las primeras cosas que llaman la atención de Princess Peach Showtime! es su valentía al darle todo el protagonismo a la Princesa Peach. No veremos a Mario, Luigi ni Toads desempeñando papeles secundarios. Es ella, y solo ella, quien carga con la aventura. Y eso, después de décadas siendo un personaje pasivo en la mayoría de los juegos de la saga principal, ya de por sí resulta refrescante.
La premisa es sencilla, casi anecdótica: Peach se dirige al teatro para disfrutar de una obra, pero el espectáculo es interrumpido por la aparición de Doña Grape y sus secuaces. Estos villanos invaden el lugar y convierten las diferentes obras en trampas mortales para los Esplendis, unos habitantes tan simpáticos como imaginativos que forman parte de este universo teatral. Así, Peach se ve obligada a tomar distintos disfraces para superar cinco plantas de niveles repletos de plataformas, retos básicos y un tono claramente familiar.
Un plataformas accesible y pensado para todos
Conviene dejarlo claro desde el principio: este no es un título difícil. Al contrario, Princess Peach Showtime! se puede considerar como una especie de tutorial continuo, un plataformas de corte básico, perfecto para quienes se inician en el género o para los más pequeños de la casa.
Eso no significa que los jugadores veteranos no puedan disfrutarlo. Al contrario: su ritmo, su sencillez y su corta duración (unas diez horas aproximadamente) lo convierten en un título ideal para intercalar entre experiencias mucho más densas. Sirve para airearse, para disfrutar de la sensación de progresar sin un nivel de exigencia que fatigue.
En cada nivel, Peach adopta diferentes transformaciones gracias a sus disfraces, lo que añade variedad y cierta frescura al desarrollo. No es un juego que busque sorprender con mecánicas revolucionarias, sino que apuesta por la accesibilidad. Y en ese sentido, cumple con creces.
Diseño de niveles: simple, pero efectivo
El diseño de niveles sigue la estela de lo que se espera en un plataformas para todos los públicos. Nada de complicaciones, nada de rompecabezas imposibles. Todo se mueve dentro de un rango amable, con escenarios en 2.5D que se sienten agradables y que cumplen su cometido.
No hay grandes alardes en cuanto a la creatividad de los escenarios, pero sí una coherencia interna que hace que avanzar sea siempre cómodo. Los mundos, organizados en cinco plantas dentro del teatro, tienen un aire teatral que da cierta personalidad al conjunto, aunque no llega a ser tan memorable como en otros juegos de Nintendo.
Es un juego que se deja jugar. Y, aunque los jugadores más experimentados pueden encontrarlo demasiado básico, lo cierto es que transmite una sensación de ligereza que se agradece cuando uno busca desconectar.
El control: un apartado brillante
Si hay algo que merece un aplauso en Princess Peach Showtime!, ese es el control. La Princesa Peach responde de manera impecable a cada comando, con una fluidez que pocas veces se encuentra en otros juegos similares.
Nunca tuve la sensación de que el mando me jugara una mala pasada, ni de que un salto se perdiera por imprecisiones. El diseño está pulido, pensado para que todo fluya con naturalidad. Y esa comodidad a la hora de manejar a Peach se convierte en uno de los principales motivos para recomendar este título.
Un buen control puede hacer que un juego sencillo se sienta mucho más satisfactorio, y aquí es exactamente lo que ocurre. Saltar, moverse y transformarse resulta siempre intuitivo y placentero.
Un título para disfrutar en pequeñas dosis
Una de las virtudes de este juego es que no exige largas sesiones. Cada nivel se completa en pocos minutos, y el grado de rejugabilidad es justo el necesario para quienes disfrutan de ser completistas. Terminar cada escenario con todos sus secretos puede llevar tres o cuatro intentos, pero nunca se siente pesado.
En mi caso, ha sido un título perfecto para intercalar entre juegos largos y complejos. Sirve como descanso activo: no dejas de jugar, pero tu mente se libera de la tensión que generan las grandes epopeyas.
¿Es un juego recomendable?
La respuesta depende de lo que busques. Si lo que quieres es un plataformas desafiante, con mecánicas complejas y un diseño de niveles que ponga a prueba tus reflejos, seguramente este no sea tu juego. En cambio, si buscas algo ligero, simpático, accesible y con la posibilidad de compartirlo con niños o con personas que se estén iniciando en los videojuegos, entonces Princess Peach Showtime! puede ser perfecto.
Además, el simple hecho de ver a la Princesa Peach como protagonista absoluta ya es motivo suficiente para que muchos jugadores le den una oportunidad. Nintendo ha sabido darle un espacio propio, alejado del eterno rol de “dama en apuros”, y aunque no sea una revolución jugable, se agradece el cambio de enfoque.
Por ir acabando…
Princess Peach Showtime! no pretende ser un título imprescindible, ni un plataformas que marque época. Es consciente de sus limitaciones y juega con ellas a su favor: accesibilidad, sencillez y ligereza. Con unas diez horas de duración, un control impecable y una protagonista que brilla con luz propia, se convierte en una opción ideal para quienes buscan un respiro entre juegos más intensos.
La Princesa Peach se merecía un título propio, y aunque no sea el más ambicioso, sí consigue darle un lugar protagonista dentro del catálogo de Switch. Y a veces, eso es todo lo que hace falta: un juego que no exija demasiado, pero que ofrezca diversión honesta y directa.
Ideal como respiro entre juegos más exigentes.
A tope
- Control fluido y disfrutable.
- Accesible y ligero.
- Variedad con disfraces.
Meh
- Historia simple.
- Niveles básicos.
- Duración corta.
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Historia
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Jugabilidad
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Progresión
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Gráficos
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Sonido